En esta época, donde lamentablemente hay tantas pérdidas no deseadas, es más importante que nunca ayudar a normalizar un momento tan traumático. La muerte de un ser querido puede ser especialmente difícil para los niños, que también necesitan apoyo y comprensión para afrontar esta situación.
Índice
- Importancia de no ocultar la verdad
- ¿Qué pasa durante el duelo?
- ¿Cómo ayudar a un niño en el duelo?
- Conclusión
Importancia de no ocultar la verdad
La muerte de un ser querido es un cambio significativo en la vida de cualquier persona, incluidos los niños. Es fundamental no proteger a los niños ocultándoles la realidad. De hecho, hacerlos partícipes de la nueva situación puede ser beneficioso, ya que están más acostumbrados que los adultos a adaptarse a los cambios.
Cada nuevo reto en la vida de un niño —como dejar el chupete o dormir solo— es una preparación para gestionar situaciones más complejas como el duelo. Es importante ofrecerles herramientas para comprender y afrontar lo que ha sucedido.
¿Qué pasa durante el duelo?
El duelo es un proceso que todos —niños y adultos— experimentan en diferentes etapas:
- Choque e incredulidad: Es el momento de la desorientación, cuando la persona no cree en la pérdida. Los niños, al igual que los adultos, pueden bloquearse o evitar el sufrimiento a su manera.
- Negación: Más habitual en adultos, pero también presente en niños. Consiste en evitar hablar del tema para calmar las emociones. Utilizar recursos como cuentos, fotos o vídeos puede abrir la conversación y ayudar a gestionar las emociones.
- Aceptación y adaptación: Gradualmente, se toma conciencia de la pérdida y se experimenta una serie de emociones. Compartir recuerdos y hablar de lo ocurrido puede aliviar la frustración y facilitar una mejor adaptación emocional.
¿Cómo ayudar a un niño en el duelo?
El estado emocional del niño a menudo depende de lo que observa en su familia más cercana. Estas son algunas recomendaciones para ayudarlo:
- Decir siempre la verdad: No utilices metáforas como «se ha ido a las nubes» o «está dormido», ya que pueden generar miedos y confusión. Sé claro y directo, adaptando el lenguaje a la edad del niño.
- Mostrar las emociones: No ocultes tu dolor. Mostrar que las emociones son normales ayudará al niño a entender que está bien sentirse triste.
- Permitir que participe: Incluir al niño en las rutinas asociadas a la muerte (como ceremonias) lo ayuda a comprender y aceptar la situación.
- Utilizar recursos: Cuentos, fotos, vídeos o recuerdos compartidos pueden fomentar la comunicación y ayudar al niño a expresar lo que piensa y siente.
- Normalizar las emociones: Acepta las emociones del niño, incluso si parecen inusuales. Hazle sentir que es normal actuar de esa manera ante una pérdida.
Conclusión
La muerte es una experiencia dolorosa, pero abordarla de manera abierta y sincera puede ayudar a los niños a gestionarla de forma saludable. Los adultos somos los mejores guías para normalizar este proceso, ofreciendo apoyo emocional y creando un entorno seguro donde el niño pueda expresar sus emociones y recuerdos.